Cuando entramos al mundo del Marketing Digital y buscamos entender cuáles son las buenas prácticas en diversos frentes, es común que nos encontremos con “verdades” a medias que son dichas por distintas fuentes. También es común escuchar de colegas y conocidos que “hacer X cosa no funciona” o “qué hacer Y cosa no trae resultado”. En ocasiones tomamos esas apreciaciones subjetivas como verdades absolutas sin entender en qué contexto o la forma cómo esas estrategias fueron aplicadas.
El primer mito es, posiblemente, el error más común que cometen las empresas que están comenzando a aplicar la metodología. Marketing de Contenido no es hablar sobre tu empresa, pero si es hablar sobre tu público. Diferente a una asesoría de prensa, que eso sí, es sobre tu empresa, Marketing de Contenido es desarrollar formatos comunicacionales que aborden los problemas / dudas / curiosidades que tu cliente enfrenta, como también las informaciones y el conocimiento que tu organización posee para resolverlos. Las buenas prácticas del Marketing de Contenido dicen que la metodología opera para educar y fidelizar a tu público principal sobre el tema de tu nicho de mercado. El objetivo de esa dinámica es que ese contenido genere credibilidad e influencia en la decisión de compra. En otras palabras, es para personas que en el futuro podrán ser parte de tu cartera de clientes. Es hacer que las personas conozcan tu empresa antes de ofrecer el producto/servicio en forma directa.
Más allá de que sea una práctica relacionada al Inbound Marketing, que, eso si, solo es posible por medio de internet, el origen del Marketing de Contenido data de antes del desarrollo de la red mundial de computadoras. El primer registro comprobado de Marketing de Contenido viene del siglo XIX. La revista The Furrow de John Deere, que en 1895 inició su publicación dando tips sobre agricultura, misma que está circulando actualmente es un ejemplo de que el Marketing de Contenido puede realizarse también off line. Cualquier información producida por una marca, pero que tenga como prioridad pasar información relevante en vez de hacer publicidad, puede ser considerada Marketing de Contenido.
La generación de tráfico hace parte de una estrategia de Marketing de Contenido y es una métrica que debe ser analizada mensualmente, más como acompañamiento y no como una métrica final. Al final de cuentas, los principales objetivos de Marketing de Contenido son: educar a la audiencia, ser referencia e influenciar en la decisión de compra. O sea, así como cualquier otra campaña de marketing, la principal métrica que va a comprobar la eficacia de la estrategia de Marketing de Contenido es de contenido y el número de ventas.
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